lunes, 26 de mayo de 2014

LA ENFERMEDAD Y EL ARBOL GENEALOGICO



























Nuestro cuerpo refleja los problemas o enfermedades heredadas del árbol. Hemos de tener en cuenta que en cada zona corporal conviven tres informaciones:
1.-La memoria de nuestro árbol genealógico.
2.-La memoria biográfica personal.
3.-Los mensajes que el sabio interior nos envía a través del cuerpo
1.- La memoria de nuestro árbol genealógico La familia está viva en la piel, en el cuerpo, está hablando. Hasta tal punto que podemos reconocer a nuestro árbol por la huella que este ha dejado en nosotros…
2.-La memoria biográfica personal Desde la manera en la que somos concebidos, hasta el efecto que nos ha causado la regaña del jefe, pasando por el tipo de parto, como nos han acariciado de niños, todo queda escrito en el cuerpo. Por ejemplo, consideramos que el peso de la culpa se asienta en la parte alta de la espalda y los traumas infantiles en los pies. La piel es un gran lienzo en la que queda escrita la historia de nuestras relaciones con el mundo.
3.- Los mensajes que el sabio interior nos envía a través del cuerpo Nuestro cuerpo es el mapa físico de nuestra conciencia, un fiel reflejo de cómo funcionamos en las distintas áreas de la vida. Cualquier síntoma físico es una oportunidad para hacernos conscientes de que hay un área en nuestra vida que necesita atención El cuerpo en su totalidad se inclina al andar: hacia atrás o hacia delante Estaremos huyendo del pasado si caminamos inclinándonos ligeramente hacia delante. Si nos inclinamos hacia atrás al andar tenemos miedo a entrar en la vida.
La cabeza también puede simbolizar al padre y a todos los ancestros varones. Caminar con la cabeza por delante es igual a no reconocer nuestros deseos, andamos refugiados en el intelecto. Los tumores cerebrales tienen que ver con los secretos escondidos del árbol. Las migrañas con las retenciones sexuales.
Los ojos como conjunto son de carácter masculino. El ojo derecho es el intelectual, el racional. El izquierdo es el del corazón, el ojo profundo, el de la receptividad.
La boca y las orejas simbolizan el linaje materno (son receptivas). La sordera en el oído izquierdo puede ser algo que no quiero escuchar del linaje femenino.
Los dientes picados son el resultado de la rabia no expresada La garganta es el canal de expresión y de creatividad. Tras una amigdalitis se esconde el miedo, las emociones reprimidas y la creatividad sofocada.
El pecho: aquí está la relación corazón-emociones. Si no nos han amado desarrollaremos un pecho endurecido e insensible.
Las manos son el símbolo de la elección. La mano derecha es el símbolo de la elección racional, sin fe. La izquierda es la intuitiva. Las uñas son nuestras defensas simbólicas… ¿Heredamos uñas de mucho grosor?
La espalda: los problemas simbolizan que cargas a los padres. Si no nos acariciaron de pequeños podemos sufrir una desviación de columna. En la espalda se van archivando los conflictos no resueltos de nuestro pasado: -En la parte lumbar está la conexión con nuestra sexualidad y creatividad (los padres) -En la parte dorsal es la conexión con nuestra parte emocional (los abuelos en el árbol) -En la parte cervical nos conectamos con nuestro intelecto (los bisabuelos) El vientre: la madre y todo lo que “digerimos de la vida”. Los problemas de estómago están asociados al miedo, a la angustia y la ansiedad. La pelvis se conecta con la sexualidad y con nuestros padres. El miedo a la sexualidad puede traducirse en una pelvis movida hacia atrás.
Las rodillas nos muestran nuestra flexibilidad, nuestra adolescencia. Si vivimos encerrados en nuestro castillo, inflexibles, sufriremos con las rodillas.
Los pies simbolizan el territorio, conectados con nuestra hermandad. Cuando no estamos viviendo nuestra vida, caminamos como un ladrón sin hacer ruido. Si somos hijos de padres divorciados, o separados…las puntas de los pies se separan. Vivimos una época de regresión a la infancia…las puntas de los pies miran hacia dentro. Cuando los pies se inclinan hacia fuera nos señalan que no tenemos un lugar en el mundo. Somos un espíritu que utiliza un cuerpo de vehículo para pasearnos por esta vida, pero él no es una carrocería inerte, cada célula contiene lo que fueron nuestros ancestros y lo que somos nosotros. Y no olvidemos lo que dice el proverbio chino: “Nada sienta mejor al cuerpo que el crecimiento del espíritu”.


Jodorowski

viernes, 23 de mayo de 2014

1 Minuto para Calmar tus Emociones


Jin Shin Jyutsu es un antigua práctica japonesa que funciona como la acupresión para equilibrar la energía de tu cuerpo usando tus manos y dedos.
En el ejercicio específico de hoy, podrás comprobar que, sencillamente ejerciendo una suave presión con una mano en cada uno de los dedos de tu otra mano, podrás influenciar positivamente tu bienestar físico, emocional, mental y espiritual.
Tan sólo necesitarás:
1 minuto
2 manos
Con la mano que tú elijas, envuelve cada uno de los dedos de tu otra mano, por este orden:
Envuelve tu dedo pulgar para suavizar preocupaciones. También te ayudará en problemas
digestivos.
Envuelve tu dedo índice para calmar tus miedos. Esto también llevará energía a tus músculos, vejiga y riñones.
Envuelve tu dedo corazón para calmar estados de ira, rabia, frustración, impotencia,…
Esto también beneficiará a tu hígado, vesícula biliar y sangre.
Envuelve tu dedo anular para calmar estados de tristeza. Esto también beneficiará a tus pulmones e intestino delgado.
Envuelve tu dedo meñique para equilibrarte y cuando requieras energía y te sientas agotado o con sobreesfuerzo.
Esto también beneficia a tu corazón, intestino grueso y huesos.
¡Pruébalo!.
Es tan sencillo que lo puedes poner en práctica casi en cualquier lugar y momento
 y verás que es muy efectivo.
Un abrazo y feliz día!,
Mónica Villamarín.

jueves, 22 de mayo de 2014

Las letras pequeñas Julio Bevione

Llegué tarde a casa. Venía de un día completo de viaje y en el refrigerador solamente encontré unos vasos de yogur. Tomé el primero a la vista, lo comí y, luego de una ducha, intenté dormir. Pero mi estómago no me dejaba. Algo me había enfermado y sospeché que sería el yogur.
Confirmado. Busqué el envase y la fecha de vencimiento ya había pasado. El yogur estaba vencido.
El aprendizaje estaba en evidencia. Debía tener la precaución de leer las letras pequeñas. Pero la reflexión fue más allá.
En la vida, los vencimientos no siempre son tan obvios. Como el envase no dice nada, no nos detenemos a leer las letras pequeñas. A veces nos quedamos en “todo esta bien”, pero no prestamos atención a los “no me siento bien”.
En la vida, esas letras pequeñas se revelan en nuestro corazón. Cuando algo nos cae mal o tiene mal sabor, al parecer sin razón, es posible que esté vencido. Puede ser un trabajo, una relación en particular o alguna forma de ser que nos sirvió el algún momento, pero debemos actualizar.

Por eso, estemos atentos a lo que sentimos. La mente puede distraerse, pero el corazón no miente. Si algo se siente mal, aunque luzca bien, revisemos las letras pequeñas. Lo más probable es que ese ciclo ya esté concluido.